lunes, 18 de junio de 2007

Un Proyecto sin Salsa




Como preanuncio de la invasión digital de hongos multicolores, ballenas blancas y nubes azules, gotas de mercurio y pájaros cibernéticos, la propuesta de BPR para la revitalización del área costera de Morecambe bailaba indecisa entre la ironía y el ridículo. Cuando la arquitectura decidió dejar las referencias al pasado glorioso se refugió en las analogías de todo tipo, disparando entonces la imaginación hacia mundos inexplorados. Pero los relatos explícitos pocas veces –o nunca- llegarían a convertirse en un buen edificio.
Los dibujos de crayon y tinta que Andrew Birds, Richard Portchmouth y Mike Russum presentaron al concurso despiertan una sonrisa, más que vientos de intriga e interés. Inmensos camarones fluorescentes dominan una costa al anochecer. Los centros costeros con funciones diferenciadas son propios de una escenografía de películas de terror como las de Boris Karloff. Desplegando una imaginación que los llevaría años después a reconocidos premios como el otorgado por el RIBA al puente peatonal Plashet, obra del año 2000, estos primeros intentos se han quedado en gestos grotestos que para digerir como arquitectura les haría bien falta un poco de Salsa Golf. Simple curiosidad.

Morecambe Seafront
Birds Portchmouth Russum Architects
Concurso 1991

Cliente: Lancaster City Council

Editado por el arq. Martín Lisnovsky

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